El año 1878 se encuentra plasmada la fecha de inauguración del cementerio de San José, que no fue éste el lugar originario pues con anterioridad las sepulturas se realizaban en otro espacio y que por el crecimiento demográfico quedaba en un lugar impropio por su cercanía a la plaza.
Ingresar en su interior y por el camino central es encontrarse con nombres que formaron la Colonia San José desde sus inicios. Aquellos inmigrantes que forjaron , como el portón de hierro de los hermanos Buffet, nuestra historia local hoy descansan en el silencio solamente interrumpido por el aletear de algunas palomas o un hornero que eligió como lugar de su casa el cobijo de un ala angelical.
Al leer en un epitafio, grabado en grueso mármol blanco, los símbolos de Alfa y Omega hacen detener la mirada y pensar en el principio y el final de la vida como consecuencia del pasaje temporal sobre este mundo .
Continuamos recorriendo y observando los panteones con grandes estructuras donde se destaca la piedra mora, el ladrillo y el mármol en los más antiguos, o la piedra parís en los construidos a principios del siglo pasado. Las imágenes gigantescas de figuras aladas hacen de estos lugares verdaderos templos del arte sacro de nuestra ciudad.
No podemos dejar de mirar el interior de un panteón , y a través de su puerta vidriada, donde se destaca un majestuoso vitraux con imágenes religiosas coloreadas e iluminadas majestuosamente por el sol de la mañana. También observamos un pequeño altar con una cruz de bronce y dos floreros del mismo material y en la base un pequeño mantel bordado a mano como símbolo del recuerdo familiar.
Nos adentramos en el interior y seguimos descubriendo estatuas magníficamente talladas de un mármol puro donde cada detalle es significativo y denota un sentimiento hacia quien allí descansa. Imágenes marmóreas infantiles marcan que aquí se encuentra un párvulo o un inocente que apenas pudo sobrevivir por un día. Estos lugares infantiles se encuentran claramente identificados por un cerco de metal labrado y simplemente con un epitafio que los identifica.
Continuamos nuestro derrotero y nos sorprende de manera superlativa una columna que se encuentra rodeada de cruces y pedestales y se yergue de manera impactante como desafiando el espacio. El misterio que envuelve este monumento podríamos decir que es el símbolo de una etapa de amor mezclado con un juramento eclesiástico que para la época no era visto de buena manera por la grey católica. Lo podríamos asociar con ciertas similitudes a la historia de Camila O'Gorman y Ladislao Gutierrez. A su alrededor los cipreses gigantescos enredados con líquenes colgantes semejan quizás a las lágrimas que al pasar por su sombra impregnan nuestra piel. Una historia de amor prohibida y una cruz truncada como símbolo de la desobediencia por el voto tomado.
En muchas de estos mausoleos se destacan grandes copones que rodeados de imágenes aladas permiten hoy el crecimiento de alguna planta y una flor ,que tímidamente asoma tratando de llamar la atención y desviar nuestra visión para leer los nombres de quienes allí reposan.
Es extraño este lugar. Es sorprendente y al mismo tiempo lleva a la reflexión. Aquí yacen todos, sin diferencias de clases sociales y presunciones personales. Aquí están los conocidos, los queridos, la familia, el del barrio o los que formaron parte de nuestra historia local. Muchos siguen siendo recordados y en otros casos las cruces enmohecidas y tumbadas sobre la tierra por el paso del tiempo nos dicen que ya nadie los tiene en cuenta. Esta es la vida que cae y se estaciona en el silencio de este lugar.
Ya al final del itinerario nos encontramos con Nelly que provista de un ramo de azucenas nos cuenta su historia familiar y de quiénes fueron sus ancestros. Su paso cansino pero de un hablar motivador nos hace depositar en ella las historias de cada uno.
Aquí están nuestros sentimientos por lo que bregamos que la paz llegue al final de los tiempos y podamos quizás en algún momento encontrarnos nuevamente.
A todos ellos : "requiesce in pace".
Fuente: Hugo Martin - Museo Histórico Regional de la Colonia San José
Fotos: Susy Montañe.
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