Una obra que se venía construyendo desde hace ya varios meses y que llegó su finalización y habilitación.
El acto tuvo lugar en el mismo lugar en donde se encuentra el Cenizario, sobre el jardín del templo parroquial, sobre el ala norte, por calle 12 de abril al 600. La obra está realizada con distintos materiales, entre los que se destacan la piedra (para que sea acorde al contexto general que la rodea), corona la tapa y boca del mismo una obra artesanal realizada por el maestro artesano Sr. Etchevarne y un Cristo resucitado, realizado por una empresa de la ciudad. Durante la Misa se realizó el acto de bendición y colocación de las primeras cenizas, acto que estuvo a cargo de familiares directos de las primeras personas que ya descansan en este lugar consagrado.
Un poco de historia para poder comprender
Desde 1871 a 1875, funcionó en proximidades del templo de la hoy Parroquia de los Santos Justo y Pastor un cementerio de párvulos, es decir, un camposanto destinado pura y exclusivamente para aquellos niños que fallecían al poco tiempo de nacer. El mismo se localizó en el ala sur del terreno contiguo de la iglesia de Colón y el sacerdote que lo habilitó fue el Pbro. Juan Pedro Pierre.
Debe considerarse que para entonces era la Iglesia Católica la única institución autorizada (civilmente) en llevar a cabo los registros de los difuntos, hasta en muchos casos de nuestra provincia, muchos de los cementerios que se fueron creando en todo el territorio de entre Ríos ya surgían bajo la administración de la misma Iglesia. Esta disposición, a partir de la segunda mitad del siglo XIX comenzó a tomar otro análisis en función protestante. La gran inmigración europea hacia nuestro país, y más precisamente la provincia de Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Santa Fe, marcaron el rumbo de territorios crecientes desde el punto de vista poblacional, lo cual este crecimiento exponencial iba requiriendo cada vez más nuevas necesidades y demandas al estado, entre ellas, nuevos espacios en los pueblos y ciudades para la habilitación de cementerios, tanto para católicos como para protestantes.
Volviendo más específicamente al cementerio de los párvulos en Colón, este funcionó entre 1871 y 1875, fecha en la cual se habilita el primer cementerio público (habilitado oficialmente) en Colón, el cual se lo conoció como el Cementerio de la Lomita (hoy en dicho terreno se emplaza una estación de servicio).
El cementerio de los párvulos permaneció en su lugar, casi intacto desde 1875 hasta la década de 1990 en donde al momento en que algunos obreros comenzaron a excavar el lugar para construir un muro entre el patio de la casa parroquial y la cancha de futbol con la que cuenta el predio de la parroquia, se encuentran con restos o sea que responden a humanos. Y es así que se reafirma y confirma que en ese lugar se emplazaba el viejo cementerio de párvulos. Un dato que no debe escapar a este análisis histórico es que este cementerio se concretó en ese lugar a los efectos de que los cuerpos de aquellos niños no tengan que ser trasladados el viejo cementerio de la Colonia San José, el único habilitado para entonces para realizar los entierros. El registro de quienes fueron sepultados en el cementerio de párvulos se encuentra en los archivos de la Parroquia de los Santos Justo y Pastor en el Libro I° de difuntos.
Es por eso que hasta ese momento, a los cementerios que se localizaban sobre la margen de los templos parroquiales se los conocía con el nombre de camposanto y camposantero a aquellas personas que trabajan en él (este título o denominación aún persiste en nuestra localidad en donde a aquellos que trabajan en el cementerio se los sigue llamando con esta denominación).
Relación con nuestro presente
Es decir que si tomamos como base la información histórica como antecedente, hoy podemos concluir en que este lugar ya estuvo predispuesto históricamente para conservar a los fieles difuntos. Hoy ya desde el resguardo y protección de las cenizas.
Fuente: Prof. Alejandro González Pavón
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