En un acto realizado en el Salón Eva Perón del Senado de la Nación la escritora, poetisa y narradora entrerriana Selva Almada fue reconocida con Mención de Honor “Juana Azurduy de Padilla” en reconocimiento a su labor literaria comprometida con la realidad social y la denuncia de las violencias a las que son sometidos niños, adolescentes y mujeres en nuestro país.
El Senado de la Nación otorga esta distinción a aquellas personas que buscan alcanzar el bien común y defienden la soberanía, la independencia y la integración de los pueblos y el caso de la autora elisense “es una voz que aporta a comprender las complejas realidades que nos circundan” según la Senadora nacional Sigrid Kunath, impulsora de la iniciativa.
Selva Almada es autora de nueve obras, entre las que se encuentran “Mal de muñecas” (2003), “Niños” (2005) y “Una chica de provincia” (2007). En 2012 publicó su primera novela “El viento que arrasa” y un año más tarde “Ladrilleros”, donde comprobamos que la violencia también puede teñir la voz narrativa. Ambas publicaciones ya llevan varias reediciones. En 2014 edita un libro de crónicas, “Chicas muertas”, en el que narra la historia de tres mujeres de provincia asesinadas en los años ochenta, tres muertes impunes ocurridas cuando todavía en nuestro país desconocíamos el término femicidio.
Los libros que publicó después, “El desapego es una manera de querernos”, una serie de cuentos, y “El mono en el remolino”, un compendio de anotaciones sobre el rodaje de la película “Zama” -de Lucrecia Martel-, si bien no están directamente vinculados con la temática, muestran el interés de la escritora por los casos de violencia de género y que persiste a través de su obra.
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