En el marco de estar cumpliendo 115 años de su fundación, la Biblioteca Popular General Urquiza de San José, auspicia la presentación de la obra “El río de los Jesuitas” del Ingeniero Elbio Woeffray, quien desde hace casi 40 años es socio activo de la misma y fuera su Presidente entre 1984 y 1987.
La obra, como dice el autor, es un compilado de relatos y extractos de documentos históricos, libros y mapas antiguos, que muestran la intensa actividad jesuítica en el bajo río Uruguay, esto es, desde los saltos de Concordia hasta su desembocadura en el río de La Plata. La obra recorre desde la época prehispánica, antes del descubrimiento de América, la llegada de Solís, probablemente en 1512, hasta la batalla de Pavón, cuando -según el juicio del autor- se cierra un ciclo de grandeza para la provincia de Entre Ríos y comienza el inexorable declive hacia la mediocridad. Existe una línea de tiempo que une toda esta grandiosa gesta jesuítica, que comienza con el adiestramiento militar de los guaraníes en las Misiones, sigue con el poblamiento de todas las ciudades de Entre Ríos y Uruguay con estos indígenas, y escala hacia la gloria en las acciones de San Martín, Artigas, Ramírez y Urquiza, cuyos triunfos militares fueron posibles por las lanzas de estos bravos guerreros.
En el medio quedan muchas cosas que es necesario profundizar: la fundación de Santo Domingo Soriano en territorio entrerriano; la razón por la cual los indígenas guaraníes ya hablaban castellano y sabían de la existencia de la Cruz y de Dios; las actividades que los Jesuitas realizaron sin permiso de la Corona, la explotación de yerba mate, y... la explotación de oro y plata en Entre Ríos y la Banda Oriental.
Un llamado a la reflexión para la integración con la hermana República del Uruguay y la recuperación.



¿Por qué "El río de los Jesuitas"?

Entre 1650 y 1780 flotas de barcos jesuitas bajaban y subían por el río Uruguay desde Yapeyú en las misiones, -actual Corrientes-, hasta Buenos Aires, trayendo y llevando mercaderías y personas. En el Salto, un centro de transferencia con indígenas permitía pasar barcos, balsas y mercaderías de un lado al otro de los rápidos. El tráfico era tan intenso que al río se lo comenzó a llamar “el río de los jesuitas”.