En el marco de los 200 años de la fundación de la República de Entre Ríos presentamos algunos de los pasajes en torno a los procesos históricos que permitieron arribar a la creación de una república constituida por los pueblos de Entre Ríos, Corrientes y Misiones.
Con anterioridad, la política de los gobiernos centrales hacia las provincias del interior había dejado en evidencia la traición a los ideales democráticos y republicanos de la tradición de mayo, propiciando una larga guerra civil contra la Liga de los Pueblos Libres.
Una verdadera unión fomentada desde la igualdad sin que ninguna provincia ejerza sujeción sobre otra, invocando la soberanía particular de los pueblos y la unión confederal supuso el valor máximo por el que lucharon las provincias mesopotámicas junto a Artigas.
El 1 de febrero de 1820 la victoria de Cepeda puso fin a la guerra. La supremacía porteña había caído ante los ejércitos federales, el Directorio quedaba disuelto y el poder unitario destruido.
Francisco Ramírez, era el general victorioso que había derrotado a la caballería del Director Supremo Rondeau. Casi un decenio de luchas contra el poder porteño culminaba en Cepeda, en un brevísimo tiempo y con un mínimo de sangre derramada.
Las consecuencias de esta batalla fueron de carácter formidable. Ramírez otorga a los vencidos una tregua de 8 días para que depongan la tiranía del vetusto régimen. Llamada "La tregua de Dios", en esos días comenzó la demolición del poder central. Un nuevo orden estaba comenzando.
Cepeda representó el triunfo del federalismo y dentro de él Entre Ríos liderando el momento más culminante de su historia, en el que las lanzas de la montonera doblegan el poder porteño y sus constituciones unitarias. Esta batalla constituyó el fin del gobierno directorial, la extinción del Congreso y el nuevo orden de los pueblos (el provincialismo). La creación de la provincia de Buenos Aires, como paso necesario para poder llevar a cabo el Tratado del Pilar, fue otra de sus consecuencias, como también el fin de la Liga de los Pueblos Libres y el fin del Protector.
El equilibrio de poder cambió radicalmente y el Tratado del Pilar lo ratificó. El 23 de febrero de 1820 Francisco Ramírez signa el documento como "Gobernador de Entre Ríos".
Solo unos meses más tarde, el 29 de septiembre, es elegido "Jefe Supremo de la República de Entre Ríos" en un acto absolutamente democrático, puesto que el pueblo de toda la región mesopotámica procedió a designar de manera general y directa a su autoridad. Asumió los cargos de Jefe Supremo de la República de Entre Ríos, formada por las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones.
Dictó, en un muy pequeño período de paz, tres reglamentos del Orden Militar, del Orden Político y del Orden Económico, que condensan su ideario gubernativo.
La paz duraría muy poco: la traición del Gobernador de Santa Fe, precipitaría su propio destino. En los primeros meses de 1821, Francisco Ramírez invade esta provincia para castigar la defección de su antiguo aliado, el general Estanislao López, unido ahora con los gobiernos de Buenos Aires y Córdoba.
Después de derrotar una columna porteña, al mando del coronel Lamadrid, el Supremo Entrerriano era vencido en los campos de Coronda, el 26 de mayo de ese año. Poco tiempo después es asesinado por los disparos de una partida perseguidora. La costumbre de la época y la saña personal hicieron que se decapitara el cadáver. El gobernador López envió la cabeza del Supremo Entrerriano a la legislatura de Santa Fe, a fin de ser expuesta públicamente. Francisco Ramírez murió en las cercanías de San Francisco del Río Seco, jurisdicción de Córdoba, el 10 de julio de 1821.
Prof. Lorena Muñoz
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