Trae la pasión desde que nació. Toda su familia se dedicó a darle vida a la materia prima, transformándola en una artesanía. “Mi abuelo trabajaba con poleo y caña. Aprendí desde muy chica. Las artesanías son parte fundamental de mi vida, son una parte más de mi cuerpo como mis manos o pies. Con lo que produzco con la cestería pude enviar a mis hijos a la escuela y le transmito mis conocimientos a mis hijos y nietos” relata Taritolay.
La materia prima es el Simbol, una mata chica de 2 o 3 hebras, que crece en el campo y el monte salteño, en las zonas áridas del Norte. “Voy al campo y extraigo la materia pero siempre preservando el medio y con mucho cuidado con la raíz de la planta para que la misma vuelva a brotar” narra Alejandra y agrega que la parte más difícil es la recolección de la materia prima ya que muchas veces se topó con víboras, arañas, que jamás le hicieron daño, pero que generan mucha precaución.
Extrae las hebras amarillas y verdes, a las últimas las deja secar para luego trabajarlas y son las que brindan los diferentes colores a sus obras.
“Colón es como mi segunda casa, vengo desde que se hacía la Fiesta en calle 12 de Abril lo que hace que conozca muchos colonenses con los cuales tengo una excelente relación”.
Los ganadores de los Premios Ruecas de esta 34º Fiesta Nacional de la Artesanía.
Rueca Maestro Artesano - Julio Barrios Castillo (Madera - Paysandú); Rueca Artesana Clasificada - Silvia Amaya (Cuero - Don Torcuato) y Rueca Producción Artesanal - Gustavo Petrussi (Madera - Paraná)
Rueca de Oro - Alejandra Taritolay (fibra vegetal - Animaná, Jujuy)
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